Soy una irresponsable. Soy irresponsable y utópica. Ya acepté eso.
Aceptar ser irresponsable es como cualquier definición que uno siente que lo representa. Uno se planta allí, y empieza a procesar muchas cosas, dispuesta a enfrentarse a situaciones y a personas que piensan diferente, deja atrás a otras con las que antes se caminaba juntas, se reconoce nuevas y, de vez en cuando, se lucha contra lo impuesto.
Me costó mucho tiempo darme cuenta que no estoy capacitada para asumir responsabilidades a largo plazo (me refiero al resto de mi vida). Tendría que sacar la cuenta bien, pero creo que me costó entenderlo aproximadamente cinco novios, un sinnúmero de amistades, seis trabajos, cuatro mudanzas y la mitad de mi corta vida.

Soy irresponsable porque la aceptación de responsabilidades me aburre, la rutina me deprime, y siento que voy oxidándome intelectualmente. Soy irresponsable porque no puedo asumir los compromisos sociales que, generalmente, debemos cumplir. Lo he intentado, en serio. Un trabajo estable, un alquiler, un auto, una tarjeta, una carrera, un teléfono, un perro, una planta… he intentado sobrellevar toda esa suma de preocupaciones y responsabilidades, y siempre han terminado por desbordarme. Me superan. Llevándome inevitablemente al fracaso. A lo que yo llamo fracaso.
Además de ser irresponsable, creo ser bastante inestable. Que si uno se detiene a pensarlo bien, van invariablemente de la mano. Suena mejor si digo que mi estabilidad varía cada seis u ocho meses, sin que yo lo pueda evitar. No estoy diciendo que mis proyectos sean de corto plazo. Es algo que queda exento a mi propia decisión. Llamémosle destino, Dios, astros, karma, Buda, azar, casualidad o Pepe Honguito. El cosmos, el universo, las energías, funcionan en mí para que mi ciclo en una estancia o en un contexto tenga ese límite de tiempo. Entonces pasa algo. Bueno, algo pasa en mí.

Muchas personas me llaman “valiente”. Yo creo que confunden valentía con irresponsabilidad consciente. Me consideran valiente por efectuar mi retirada a tiempo. A mí me parece mucho más valiente lo que toda esa gente hace: trabajar, familia, casa, hijos, mascotas, jardines, autos, cuotas, impuestos. Asumir responsabilidades.
Yo renuncio. Cambio de trabajo, se termina mi relación, me mudo, tiro cosas, se muere el cactus. Me voy. Porque para mí (la cobarde), es mucho más fácil escapar, que aferrarme a cosas que tienen raíz en un solo lado.
Ivana Taft.
Que fuerte todo lo que escribiste. En varias cosas me sentí identificada. Sos valiente en ir por tu estilo de vida.
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Apareció la suscripción. No la encontraba. Se iba a mail importantes . y yo la buscaba en mail irresponsables. Je
En fin. Como Cavallo (no el ministro) . Cavallo (que tiene una hache en algún lgar) el detective de montalban que quemaba sus libros. Y yo sentía la misma sensación extraña como el personaje que saca las hojas de cuajo.
De nuevo me excedí.
På
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Jaja! Está bien, lo importante es que me leas y me acompañes
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Si cambiás la palabra “irresponsable” por “inconformista” (en serio, hacé la prueba de leerlo con esa palabra, tiene sentido), te acompaño y somos dos 😉
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Me gusta que le des forma y sentido según lo que te va generando. Me tomó mucho tiempo definirme como irresponsable porque, en un principio, me parecía un mal concepto, pero al final fue lo que más me representó 😊. Muchas gracias por tu comentario y por el tiempo que me has dedicado!
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muy responsable de tu parte contestarme 😛
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Jajaja! Contradicciones del ser humano
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Si cambiás la palabra “irresponsable” por “inconformista” (en serio, hacé la prueba de leerlo con esa palabra, tiene sentido), te acompaño y somos dos 😉
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